sábado, 17 de marzo de 2012

El rencuentro con la escritura y el relato...

Ya ha pasado mucho tiempo desde la última y primera vez que escribí , y obviamente una diversidad enorme de vivencias; todas y cada una de ellas experiencias, sin duda alguna… He aprendió, me he caído y levantado un montón de veces, pero sigo aquí, caminando sin límite alguno… Aún falta mucho por recorrer!

He aquí una canción que me reconforta mucho cada vez que lo necesito...

jueves, 24 de marzo de 2011

Autobiografía

"Niña casi pedagoga, usualmente dormilona, pequeña y amante del… color morado, del fútbol, de Maroon 5, del frio, del cine, del América, de mi celular, de la música, de las historias románticas, de los tenis, de las buenas amistades, de mi camita, del Club SyP, de mi cinismo, de mi familia, de las papas con picante, del fb, del susodicho, de Ochoa, Yahir, Thierry, Ledger y Adam, etc., etc., etc."

Bueno…
   Mi nombre completo es Diana Ramírez García [Dianita o Dianis, please!], nací un día 28 del mes de junio [el año es secreto, pero lógico], aquí en el DF y desciendo de unos padres únicos e incondicionales, mi ma’ se llama Guadalupe y mi pa’ Mario, tengo un hermano menor llamado Saúl y cuatro gatos como mascotas [Mishuso, Mishusha, Grey y Blackita]; todos habitantes de una misma casa.
   De mi infancia tengo muchos recuerdos [buenos y malos], pero si algo tengo muy claro y presente es que estuvo llena de atención y dedicación por parte de mi mamá, sin olvidar la presencia de mi papá y mi abuelita paterna que siempre estuvieron también para cuidar de mí.


   Mis primeros cuatro años fueron muy gratos según las fotos que tengo, estuve al cargo de mi abuelita paterna y en compañía de -por lo menos- 2 primas que tenían casi mi misma edad [ellas más grandes por meses]; según mi mami, era una niña muy inquieta, risueña y gritona [lo sigo siendo], me gustaba jugar con las famosísimas Barbies y hacer una que otra travesura, como tomar -sin preguntar- dulces de la tienda que tenía una de mis tías.
   Al cumplir los 4 años de edad llegó el momento de ingresar a la escuela, mi mamá me inscribió en un Jardín de Niños lejanísimo de mi casa, llamado Yoyotli, ahí conocí a una maestra excepcional, dedicada completamente a su labor y apasionada por su trabajo; mis dos años de kínder fueron inolvidables, viví un sin número de situaciones, pero sin duda la que nunca olvidaré es aquella cuando -no sé por qué- tuve en mis manos un mechón de cabellos de una compañera y por obvias razones me quedé sin recreo, jajaja! Qué cosas, no? Pero bueno…
   Lo que tenía que suceder, sucedió! A mis 5 años de edad arribo a mi vida una rareza andante, mi querido hermano; aquí entre nos, yo añoraba su presencia, me imaginaba jugando con él y sorprendentemente, en los últimos meses de embarazo de mi mamá, comencé a soñar con él tal y como lo fue en sus primeros dos años. Saúl nació un 2 de Octubre e indudablemente como dice él y otros tantos: “El 2 de Octubre no se olvida”.
   Al finalizar mi etapa en preprimaria y ya con un hermano a lado, ingrese a la primaria Dr. Allende Gossens en donde obtuve un gran número de reconocimientos académicos y por diversas actividades [sin presumir, eh]; sin embargo, con la presencia de un hermano y el trabajo completo que tanto mi mamá como mi papá han tenido, mis padres decidieron cambiarme de escuela. Es así como ingreso al Instituto Mesoamérica, una escuela súper cercana a mi casa, a la cual asistía en conjunto con mi hermano y en donde conocí personas de todo tipo; si algo pudiera decir acerca de lo que me dejo dicha escuela, en cuanto a experiencia se refiere fue que : “Las personas no siempre son lo que parecen, en la vida te topas con gente que llega y se va, y con gente que llega y se queda, y que siempre es importante hacer lo que uno cree que es correcto aunque no sea lo común”.
   Ahora bien, lógicamente después de la primaria ingrese a la secundaria [Técnica No.28] y considero que fue una gran etapa a pesar de los conflictos que pude haber tenido, fue una época en la que viví de todo y con la cual, también aprendí. Recuerdos tengo muchos, pero indudablemente lo mejor de aquellos tiempos y que hasta la fecha perdura es la amistad que logre hacer con tres personitas: Karla, Dani y Jesús.

   El tiempo pasó y terminé exitosamente la secundaria, y con esa seguridad de seguir adelante en donde y como yo quería, hice mi examen de ingreso al bachillerato de la UNAM. Mi primera opción fue la Prepa 1, sin embargo el destino decidió que mi lugar fuera el CCH Sur; en un principio me sentía decepcionada de mi misma, solitaria al no tener a mis amigos cerca y confundida debido a que no estaba segura de que “el Sur” fuera lo mejor para mí... Pero como todos, yo también me equivoco y hoy en día reconozco que estaba mal al pensar que el CCH no era para mí y que peor aún, era como el peor lugar en el que había caído, debido a que estar ahí durante 3 años ha sido lo mejor, la mejor etapa de mi vida hasta el día de hoy. Ahí conocí a infinidad de personas [buenas y no tan buenas], viví experiencias únicas y aprendí mucho, no solo académicamente. La amistad de Sersh, Ericka, Jaque, Lidia, Sergio e Itza* son de las “cosas” que le agradezco a ese plantel y más aún agradezco mi traspaso exitoso a la Facultad de Filosofía y Letras, en la Licenciatura en Pedagogía.


   Hoy en día me encuentro felizmente estudiando Pedagogía, aprovechando el sin número de actividades que nos ofrece la UNAM y disfrutando de la vida escolar al lado de una infinidad de compañeros agradables [unos más que otros], en especial, al lado de 6 niñas súper loquitas que hacen mejor mi estancia en la facultad: Mari, Cynthia, Isela, Marissa, Karen y Anita.


Definitivamente hay muchas cosas, historias, anécdotas que quedan en el tintero, pero próximamente les iré contando un poco más acerca de mí.